martes, 2 de junio de 2009

J. HABERMANS

J. HABERMANS

Como asesor político y teniendo en cuenta los autores que hemos visto en clase, yo explicaría la teoría de J. Habermas, ya que considero que es la teoría que sale más rentable para aplicar en políticas públicas.

Para convencer de que esta teoría es la más adecuada, quiero empezar por explicarle cual es el pensamiento de este autor y sobre el que me apoyare para resolver políticas públicas.

Habermas es un autor que esta muy influido por M.Weber y la racionalidad instrumental.

La racionalidad la entendía como un proceso a largo plazo de mutación de las estructuras sociales y del mantenimiento del dominio, la técnica puede tanto debilitar como aumentar el poder del hombre.

El comportamiento de la elección racional se orienta de acuerdo con estrategias que se sitúan en un saber analítico. Un comportamiento incompetente distorsiona las reglas y esta condenado al fracaso al no poder conseguir lo que pretende

La racionalización sólo puede realizarse en el medio de la interacción lingüísticamente, consiguiendo que el intercambio sea libre de restricciones. La discusión pública, sin restricciones y sin coacciones, a las condiciones socioculturales del progreso de los subsistemas con respecto a fines como la comunicación a todos los niveles de los procesos políticos y de formación de la voluntad colectiva.

La generación de Habermas respecto a la de Weber, considera que la elites políticas crean una sociedad en al que no se admiten externalidades de ningún tipo ya que no dan la posibilidad. Si llega el momento en que se dan cuenta que quizás no han hecho lo correcto respecto a estos inputs, ya no hay posibilidad de dejarles entrar porque han dejado pasar la oportunidad.

La acción de comunicación en las sociedades industriales avanzadas parecen aproximarse a un tipo de control del comportamiento dirigido más bien por estímulos externos que por normas. La reacción indirecta por estímulos aumenta sobre todo en los ámbitos de aparente libertad subjetiva (comportamiento electoral, consumo y tiempo libre), la misión es la de recolonizar el mundo de trabajo, para que el individuo vuelva a inferirse en el mundo de la política.

Teniendo en cuenta el pensamiento de Arendt, para Habermas la figura del zoon politikon se caracteriza por la lexis y la praxis, por eso podemos diferencias dos grupos diferentes de personas: unos que ven su forma de ver la política y tienen sus ideales, pero no se pueden discutir sus ideologías, por tanto no se puede ejercer el diálogo para volver a atraer al ciudadano a la política; y otros que se crean su propia política sin funcionar con extremos, pero estos tienen una visión subjetiva o aleatoria, no tienen cultura política, se sitúan de forma imparcial.

La apuesta de Habermas es que no se deje de creer en su ideología, sino que se presenten a una discusión defendiendo su política como lo mejor, actitud que acepta críticas y puede convencer a otra persona de que la suya es la mejor, de este modo ya entramos en la dinámica del zoon politikon y debatimos de política.

Para ofrecer a los demás tu conducta y convencer de que es lo mejor, considera cinco puntos en los ideales de diálogo:

Totalidad: todos los actores implicados en una decisión pueden poder influir en esta decisión e invitar al debate a aquellos con los que más discrepancias tengamos.

Autonomía: todos aquellos invitados tienen que hacerlo sin censura previa, pudiendo decir quien le ha invitado.

Empatía: ponernos en el lugar del otro. Reconocer su legitimidad.

Neutralización del poder: invita a retirarse de la negociación a aquellos que no tengan nada que aportar a la conversación.

Transparencia: los actores en la medida de lo posible sus posturas sin que utilicen juegos tácticos que puedan hacer influir.

Un ejemplo de política pública es la reestructuración del sistema educativo de la educación secundaria obligatoria, basado en la modificación de la distribución de las horas que corresponden a cada asignatura.

En este tipo de política pública nos encontramos ante la reducción y ampliación de horario lectivo para algunas asignaturas, por lo que habrá que valorar que asignaturas disponen de más horas de las necesarias y que asignaturas quizás podrían prescindir de algunas horas.

Ante esta situación tenemos que valorar principalmente que asignaturas son las que más suspensos conllevan para aplicar un mayor horario con el fin de reforzar la asignatura, y escoger aquellas asignaturas que podemos considerar menos imprescindibles y en las que los alumnos están mejor preparados.

En esta política pública nos encontraremos en una situación en la que nos puede llevar problemas con los departamentos afectados por la retirada de horario y a la vez negociar con los profesores la ampliación de su docencia en las signaturas que haya que ampliar. Además tenemos que tener en cuenta a alumnos que consideramos que estarán representados básicamente por sus padres o tutores legales ya que ellos son menos de edad.

Para resolver el conflicto que puede generar este cambio, lo más correcto es que se presenten propuestas de cambio de los profesores y por parte de los padres. Para ello nos reuniremos con los representantes de los padres de los alumnos y con los delegados de los profesores, escucharemos ambas propuestas teniendo en cuenta la veracidad de los datos que se aporten como prueba ante sus propuestas.

Estoy convencido de que tras un debate podemos llegar a la conclusión que más se ajuste a las necesidades globales de la población afectada por el cambio, teniendo en cuenta que jamás se acierta de forma igual con todos los alumnos y profesores, para aquellos en los que consideren que hay asignaturas que no reciben horas suficientes o en las que se quitan horas sin necesidad, se podrá llegar al acuerdo de fomentar clases extraescolares para regularizar aquellas asignaturas en las que existan discrepancias.


Considero que teniendo en cuenta la racionalidad y la colonización de la comunicación e interacción con el mundo del trabajo, se puede llegar siempre a un acuerdo para poder aplicar cualquier tipo de política pública. Hacer intervenir al ciudadano en la política y convertirlo en un zoon politikon o individuo que es capaz de debatir sobre política argumentando su postura, se puede llegar siempre a un acuerdo sobre la política pública a aplicar.

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